sábado, 18 de octubre de 2014

“Desarrollo Humano en Chile. Nosotros los chilenos: un desafío cultural”

Bicentenario, una tarea cultural

El hecho inclusivo de la cultura despierta intereses de toda índole, es por ello que a la luz del texto publicado por la sección PNUD[1], de las Naciones Unidas, aborda la problemática cultural, que en este caso, analiza la realidad cultural de Chile. Es por ello, que confrontando este documento con la publicación del libro de Conrad Phillip Kottak, Antropología Cultural, capítulo 2, se llega a las siguientes, relativo a cultura.


“Desarrollo Humano en Chile. Nosotros los chilenos: un desafío cultural”


1.- Según el Informe antes individualizado, en la actualidad, nuestro país carece de un imaginario colectivo, o de existir este, es más bien difuso porque no hay una identidad homogénea, permanente, que refleje lo que es ser chileno. Esto es un asunto de relevancia porque lo que plantea el Informe del PNUD, es que los valores establecidos en la sociedad tendrían su origen en individuos con sentido de pertenencia colectiva, y por tanto, si atendemos a lo dispuesto por Kottak, en nuestro país no habría una cultura definida, ya que esta última se compone de valores, de ideas, de símbolos y juicios.

2.- Siguiendo esta línea, en el Informe se reconoce que la identidad nacional recoge elementos de diversas naciones, etnias y religiones, y que esta construcción no puede ser ajena a los procesos de globalización que se ha agudizado en las últimas décadas. En tal sentido, esta última ha traído aparejado una serie de cambios y otros procesos como son la aculturación y la difusión, entendiendo esta última como un mecanismo de cambio cultural por tratarse de un préstamo de rasgos culturales entre distintas sociedades.  

3.- Se pone en relieve el que los imaginarios colectivos deben tener un anclaje espacial, en orden a que la construcción de esta identidad social se construye en la convivencia y esta última se desarrolla en lugares determinados, como también, que la gente origina lazos de cooperación, de confianza justamente en estas significaciones sociales compartidas. Esto es coherente con lo que plantea Kottak, en orden a que las creencias, valores, los recuerdos y las expectativas compartidas unen o vinculan a las personas que crecen en una determinada cultura.

4.- Por su parte, se sostiene que las personas que tienen experiencias exitosas colectivas tienden a tener una actitud solidaria con los demás miembros de la sociedad, mientras que los que no, difícilmente van a sentir que forman parte de este nosotros al que hemos estado aludiendo. Esto último podría justificar que determinados grupos de personas dan origen a las subculturas, de que Kottak hace mención, y que comprendería a patrones y tradiciones diferentes asociados a grupos particulares insertos en la sociedad.

5.- Finalmente, encontramos relevante el resaltar el énfasis que el Informe da a la idea de que el vínculo social nace en lo personal, en el sentido que para fortalecer los vínculos sociales es indispensable traer a la palestra temas de la vida privada y que debiesen interesar a la sociedad, siendo necesario para ello que exista un ambiente de respeto y tolerancia. Esto último es coherente con lo expuesto por Kottak, en torno a que la cultura es tanto pública como privada, ya que las personas influyen en ella al transformar sus aprehensiones en actuaciones públicas.



[1] Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.

sábado, 11 de octubre de 2014

¿Qué relación existe entre la Antropología y la Psicología?


      “En campos vinculados a las relaciones humanas, como son el derecho, la medicina, la asistencia sanitaria, la educación, la administración, la psicología, la economía, la gestión de empresa y los medios de comunicación, la antropología tiene una función tan básica como las matemáticas. Sólo tomando conciencia de las dimensiones culturales de la existencia humana y aprendiendo a afrontarlas, podemos alcanzar la máxima eficacia en cualquiera de estos campos” (Marvin Harris).
            En la actualidad, es posible ver a la psicología y a la antropología como disciplinas “vecinas” debido a la proximidad que existe entre ambas en relación a algunas ideas. Al intentar relacionar la antropología con la psicología me es imposible no pensar en diferencias y semejanzas, convergencias y divergencias, así como  también, en un punto encuentro entre ambas. Esta condición de cercanía permite una retroalimentación y un crecimiento disciplinar mutuo, procurando mantener sus características individuales, pese, a la gran diversidad de factores en la que confluyen sus objetos de estudio y que en algún momento comparten.
            Desde una perspectiva tradicional, creo que podemos distinguir a la antropología como una ciencia holística y comparativa, debido a que su estudio se centra en la humanidad, en pueblos antiguos y modernos, incluyendo sus estilos de vida. La psicología, en cambio, considerada como “la ciencia de la conducta y los procesos cognoscitivos” (Robert Barón), me parece más centrada en el individuo. Tanto en la psicología, como en la antropología se distinguen subcampos, lo que evidencia el marcado interés de ambas, por ampliar sus conocimientos en vista de la gran diversidad de factores que incluyen sus objetos de estudios; así como también, una fuerte motivación por lograr especialización en sus propios temas. En el transcurso del tiempo ambas han aspirado a ocupar la categoría de ciencia. En la actualidad, se enmarcan dentro de las ciencias sociales, sin embargo, se observa cada vez más su relación y apoyo con las ciencias duras, caracterizadas por la utilización del método científico. La antropología y la psicología consideran variables  psíquicas y variables socioculturales lo que posibilita un intercambio de conocimiento entre ambas. De esta forma, se ve favorecida la comprensión de la relación individuo-sociedad.
         Para la antropología “La cultura […] esa totalidad compleja que incluye el conocimiento, las creencia, el arte, la moral, las leyes, las costumbres y cualesquiera otras capacidades y hábitos adquiridos por el hombre como miembros de la sociedad” (Edward Tylor en Conrad Kottak), tiene una fuerte influencia en los seres humanos. Lo que se evidencia en el siguiente apartado: “Cuando era joven, sus padres debieron haberle dicho que beber leche y comer vegetales le ayudaría a crecer “grande y fuerte”. Ellos probablemente no estaban al tanto del papel que juega la cultura en la conformación de cuerpo, la personalidad y la salud individual” (Conrad Kottak). La psicología se interesa por obtener información científica de las cosas que los seres humanos piensan, sienten y hacen; poniendo énfasis en la conducta observable, procesos cognitivos, los procesos fisiológicos, así como de los procesos encubiertos y en gran medida inconscientes. Pero también, se interesa por  las influencias sociales y culturales. Por lo tanto, pienso que para la psicología y la antropología, comprender el impacto que tiene la cultura a nivel grupal o individual es totalmente necesario. Si la antropología nos proporciona información de la cultura, “las afirmaciones de  psicología “humana” no se pueden basar exclusivamente en las observaciones realizadas en una sociedad o en un solo tipo de sociedad” (Conrad Kottak).
            Me parece que intentar determinar cuál de las dos disciplinas es más importante para la otra, no viene al caso. Debemos tener en claro que ambas tienen su punto de encuentro en el Ser Humano, en la comprensión de sus conductas e interacción con el entorno. El veloz avance del conocimiento científico las obliga a necesitarse la una a la otra, sí,  lo que se quiere es un conocimiento más concluyente, representativo y confiable. La antropología le entrega a la psicología información del contexto donde se encuentra el individuo, mientras que la psicología aporta información de los individuos que encuentran inmersos en un determinado contexto.
    Carlos Moraga Letelier.